domingo, 29 de marzo de 2009

PASEMOS A OTRO TEMA

eterea


“Eterea”
Piel de tierra mis ojos de carbón
Aún te recuerdo vomitando sangre por los poros con placer
enroscándote en cualquier pierna
larga como una serpiente
quizás igual de ponzoñosa
no te deseo
no te deseo más que en ficticias recreaciones fetichistas
pero aún así, te deseo
hermosísima mujerzuela del viento y del cuerpo que se te cruce enfrente
ni te regalas, ni te vendes
una con todos, y siempre sola
nadie te llena, nada te importa, nadie te merece, y a nadie mereces tampoco
pasas y rozas descarada e inoportuna
cual verdadero amor
ni te busco, ni te encuentro
mejor así, en mi cabeza, lejos de todo lo que te convierte en ser humano
Sos tierra con alas
niña calva, indefensa y etérea
el mundo que te concibió no te sabe albergar
de nada te sirve llorar a tinta suelta
de nada te sirve embriagarte de la negación
de igual manera, así lo haces
Infringiendo cada estúpido consejo
clavándotelos meticulosamente en el fragmento de piel que te queda disponible
y sales a andar, con los ojos desorbitados,
por el centro de tu infanta Asunción anochecida,
buscando alguna distracción que te haga pasar el tiempo que te resta antes de desaparecer.

jueves, 26 de marzo de 2009

Miseín.


Las mujeres somos esa cárcel que buscas para apuñalar e inmortalizar con tinta. Esa cárcel con barrotes suaves y sutiles. La confianza quemó nuestras pestañas, noches diferentes, y las seguirá quemando mientras intentemos conservar prendida la llama. Ya no me persigas cárcel, ni mujer con toda la traición que te roba y aleja. Me amas con rabia y me tomas sin preguntarlo todas las veces que no quiero, brutal, entero, descargando tu odio más profundo y sincero. Todo tácito, entre los dientes, vamos guardando nuestro devoto rencor mutuo, silencioso y escurridizo, que se deja ver a medias, y se cuela en nuestra sábana, royendo las raíces de nuestro árbol.
Acunamos tiempo bajo los párpados cansados, la cara se nos va tornando violeta, y las manos se cansan mientras se acostumbran, pero seguimos apretando la soga, la soga que nos amarra, nos la apretamos mirándonos la cara, a los ojos, a los ojos ciegos, con la boca abierta, con la boca jadeante, ojos abiertos bocas abiertas, reviviendo las lágrimas que brotan, las lágrimas que brotan para adentro sin asomarse, inundando el vació de estos nuestros cuerpos esclavos.
Perra que ladra y se sienta en tu regazo, perra que te besa dulce y te abraza fuerte. Pero con la gratificante certeza estúpida, de ser tu perra más querida, por el tiempo que dure y perdure. Lloras con fuerza como un niño chico, lloras, mientras no estoy, dejando abiertas y escondidas las páginas de donde puedo creer encontrarte, rozarte endeble y humano. Si me vas a matar; matame, si nos vamos a matar; matémonos, pero hagámoslo, llevemos al extremo nuestro amor, que se fusione y colisione. Dale, seguí diciéndome perra para vos mismo, en tu cabeza, donde más resuene, hasta que te animes a gritarlo fuera de tus hojas, fuera de tus manos. Yo también te voy a llamar perro, egoísta, misógino… no soy buena insultando… si estuvieras cerca te pegaría o besaría, PERO de verdad cualquiera de las dos opciones, te pegaría o besaría hasta el cansancio, el límite, la verdad.

martes, 24 de marzo de 2009

bla bla bla



La luna llena en el patio alumbrando el vaso vacio de pilsen.
Y tu mano cae sobre mi, cae con peso muerto, cae sin ganas, cae con rabia, presiona el cuerpo que ayer acariciaba.
El odio que siempre vivió apartado, pero presente, se despierta, y no se toma su tiempo para desperezarse, calzarse o vestirse, me pellizca y pasea su filo real sobre la conocida piel que me cubre sin mirarla.
Te sabes todas sus horas, y aún así dices desconocerla. Tampoco te conozco entonces. Obsesión con rostro que beso noche tras noche. Piedra con la que tropiezo día tras día.
Hoy que no estoy, mañana que no estas. Mañana que ya es hoy. El hoy en el que no estamos. Entonces te recorro con filo ficticio, y me dejo pellizcar en esta absoluta ausencia. Y escribo a el odio que despertó de golpe, de un golpe que se veía venir y esa luna llena, que hoy es menguante fue la última de muchas. Hoy que no estoy, mañana que no estas. Mañana que ya es hoy. El hoy en el que no estamos

Como te sabes doler
heredaste la mártir y te dio él, la corona de culpa
Mas vale que lamentes no olvidar y empieces a hacerlo de una vez.
Mata a la asfixia y conviértela en el niño de ojos ensimismados que siempre fue.
Ya no oiré tus alas rotas llorarse en la cama, el paño húmedo te lo dejo al lado, en el piso.
Ahora que aún hay sol aprovecho y me voy, por el camino único, el empedrado, hasta llegar a la ruta.